Del final de la vida monástica a Santuario de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros
En 1809, época de la ocupación francesa, el convento fue suprimido, reanudándose posteriormente (h. 1814) la vida conventual. Así, con religiosos llegará hasta la definitiva exclaustración en 1835. Las huertas del convento se convertirán en el Cementerio (el primer enterramiento fue en 1833), reservándose la iglesia como capilla del cementerio, lo que posibilitó su conservación y permanecer abierta al culto. De estas fechas se conserva un grabado de Louis Haghe, según una acuarela de George Vivian que permite ver la primitiva fachada del templo, así como alguno de los edificios conventuales. Hacia 1842 comienza el expediente de venta del convento que termina en 1844 en favor de D. Juan Ulloa. Por el grabado de Alfred Guesdon11 (Nantes, 1808-1876) se aprecia que a mediados del siglo XIX, en 1854, aún quedaban algunos restos del convento.
Los hortelanos de la zona mantuvieron el culto en la iglesia y la devoción a Nuestra Señora del Carmen. La creación de la Antigua Devoción de Nuestra Señora del Carmen en 1840 supondría la entronización de la imagen de titular en el retablo mayor, sustituyendo así a la Inmaculada Concepción que hasta ese momento había presidido el templo, pasando ésta última a la primera capilla del cuerpo de la iglesia del lado del Evangelio. La titular del templo estaría entronizada en un retablo del que publica fotografía Casimiro González García Valladolid12, neoclásico con una pintura en el ático representando la Presentación al pueblo o Ecce Homo, M.ª Antonia Fernández del Hoyo señala que es similar a los que construía el ensamblador Somoza en la primera mitad del siglo XIX.
En 1887 el Ayuntamiento de Valladolid acuerda proveer de personal y materiales al Presidente de la Devoción de Nuestra Señora del Carmen, Vito Miñón, para revocar la fachada del Santuario del Carmen de Extramuros. De estas obras habla también Casimiro González García Valladolid: «La fachada de esta iglesia fue reformada el año 1888 sustituyendo su antigua, única y esbelta torre de espadaña de su lado izquierdo, con otras dos iguales, una a cada costado, que ofrecen el pésimo gusto y grave falta a las reglas más triviales del arte, de ser más bajas que el templo».
No obstante, estas espadañas parece que son posteriores, en el Archivo Municipal de Valladolid hay un expediente de contratación de obras que data de los años 1896-1897 sobre la construcción de dos espadañas en la Iglesia del Carmen de Extramuros, adjudicándose las obras a Emeterio Reyero Bajo.
A finales del siglo XIX la capilla de San Joaquín y Nuestra Señora de la Mano pasa a propiedad de la familia Alonso Pesquera. Por aquellas fechas es restaurada por Dª María Eugenia Alonso Pesquera († Valladolid, 3 de enero de 1893), sirviendo como panteón para ella y sus hermanos D. Miguel (Sardón de Duero, Valladolid, 1 de septiembre de 1842 – † Madrid, 15 de febrero de 1887) y D. Teodosio (I Marqués de Alonso Pesquera, Valladolid, 11 de enero de 1846 – † Madrid, 16 de diciembre de 1899) y al M. I. Sr. Dr. D. Juan González Medel, Chantre de la S.I.M. Catedral de Valladolid. En 1922 dice Casimiro González García Valladolid «Tiene una buena sillería de maderas finas, muy bien tallada, procedente del Museo».

En el cambio del siglo XIX al XX Casimiro González García Valladolid (año 1900) describe la distribución de algunas de las imágenes en el templo: presidía el templo la imagen de Nuestra Señora del Carmen. En el colateral Evangelio se veneraba el Cristo Crucificado de Gregorio Fernández, aún lo localiza en este mismo lugar en 1922, al publicar su Compendio. En el colateral de la Epístola se encontraba Santa Teresa y en el testero otro crucificado. En la Capilla de San Joaquín y Santa Ana menciona una imagen de Nuestra Señora con la inscripción Janua Coeli (Puerta del Cielo) será Nuestra Señora de la Mano. Ya en el cuerpo de la iglesia, en la primera capilla del lado del Evangelio, estaba la imagen de la Inmaculada Concepción.
1908: nuevo retablo mayor
En 1908 una piadosa familia dedicó un triduo a Nuestra Señora del Carmen de Extramuros los días 17, 18 y 19 de julio, que por lo que dice Casimiro G. García Valladolid, fue con motivo de la inauguración del nuevo retablo y altar mayor. El último día, domingo, tras diversos cultos a lo largo de la jornada, salió la procesión a las siete y media de la tarde, abrían el cortejo cuatro números de la guardia municipal montada a mando de un cabo, y tras varios estandartes iban las imágenes de San José y la de Nuestra Señora del Carmen, la parte musical de la procesión corrió a cargo de la Banda del Hospicio. Este retablo lo bendijo el 15 de julio, víspera de comenzar el triduo, el ilustrísimo y reverendísimo señor don Fray Aurelio Torres de la Virgen del Carmen, carmelita descalzo, obispo de Cienfuegos (Cuba). Se trataba de un retablo dórico, obra de Florentino San José y decorado por Sixto Vallejo. Según lo describe María Antonia Fernández del Hoyo, estaba formado por «seis columnas en su cuerpo principal y se remataba con una especia de media cúpula agallonada en cuya parte central se situaba un pequeño ángel trompetero». Una fotografía de este retablo ocupando el presbiterio, muestra a los lados las imágenes de San Juan de la Cruz (hoy en el colateral del Evangelio) y de San Antonio de Padua, sin el Niño Jesús, de Luis Salvador Carmona, que en origen estuvo en la Capilla de San Joaquín y Nuestra Señora de la Mano, que desaparecería en un incendio antes de 1943. Por su parte, el anterior retablo neoclásico fue trasladado, a excepción de la pintura, a la Capilla o Iglesia de Nuestra Señora del Carmen del Barrio de Las Delicias.

1926: el retablo de la Pasión
Los días 28 y 29 de junio de 1926 se celebraron solemnes cultos con motivo de la colocación y bendición del nuevo retablo mayor. Este retablo tomaba como base el retablo mayor de la recién cerrada Iglesia Penitencial de La Pasión, junto con elementos de otros retablos de dicha Penitencial y otros que se encontraban en sótanos de conventos, siendo el escultor Ramón Núñez quien dio cierta coherencia y armonía al conjunto. Para remate del manifestador se utilizó un tornavoz procedente de la Iglesia Parroquial de Santa María La Antigua, de esta Parroquial también se trajo una nube con angelitos que servía de peana la Virgen del Carmen de La Antigua. Con este nuevo retablo mayor, el anterior (aquel de 1908) sin la parte alta, fue colocado en el testero del crucero del lado de la epístola, colocándose la imagen del Nazareno (imagen del Nazareno de la Cofradía Penitencial de La Sagrada Pasión de Cristo que estuvo depositada varias décadas en este Santuario y que regresó a su Cofradía en el año 2013, venerándose en la actualidad en la Iglesia del Real Monasterio de San Quirce y Santa Julita).

El Santuario en los años 40
De la distribución de las capillas e imágenes que recibían culto en el Santuario en 1943 conocemos una descripción gracias a una publicación sobre la Romería de aquel año, el retablo mayor era el que se había colocado en 1926, ocupando lugar destacado la Virgen del Carmen (Gregorio Fernández), flanqueado por los arcángeles Gabriel y Rafael (Luis Salvador Carmona) y otros dos ángeles (seriados, hoy están en la cripta) a los lados del Sagrario; la entrada al presbiterio contaba con una balaustrada de mármol, y en los extremos, sobre unas ménsulas las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y probablemente del Inmaculado Corazón de María, de carácter seriado. Los colaterales estaban dedicados el del Evangelio al Crucificado y el de la Epístola a Santa Teresa de Jesús, ambas de Gregorio Fernández y, en el testero de este mismo lado la imagen del Nazareno (hoy en la Iglesia de San Quirce y Santa Julita). La Capilla de San Joaquín y Nuestra Señora de la Mano contaba con un altar de mármol blanco separado de la pared, y en una hornacina circular y de arco, con cristales de colores, y sobre un monte, una imagen de la Virgen y al pie del arco se leía “Jauna Coeli”. En el cuerpo de la iglesia, desde el crucero a la entrada, en el lado del Evangelio la primera capilla estaba dedicada a la Inmaculada Concepción (G. Fernández), la segunda capilla en principio había estado dedicada a San Antonio de Padua, pero la imagen se perdió en un incendio y en aquel momento se encontraba la imagen de la Virgen del Carmen, apodada “La Pedigüeña”, la tercera capilla dedicada a las Ánimas estaba presidida por un retablo corintio con un relieve de las Ánimas, representando el Purgatorio y en el cielo Nuestra Señora la Virgen del Carmen; a la derecha de este retablo un ángel desciende del cielo anunciando el Juicio Final y abajo se lee en latín “Tuba mirum spargens somun” (Cuando suene la trompeta oirás el sonido), y en la izquierda otro ángel delante de una Cruz, con esta inscripción: “Coget omnes ante thronum” (Y asistirán todos delante del trono del Señor), en esta misma capilla, al lado derecho había un relieve de escayola, representando a la Santísima Virgen María -en presencia de San José y de Cristo Crucificado- imponiendo un collar a Santa Teresa de Jesús, finalmente en el lado izquierdo de la capilla otro relieve del mismo material, representado a la Santísima Virgen del Carmen intercediendo por unos náufragos; y en la cuarta capilla un Crucificado con dos pinturas (una de la Virgen del Carmen y otra de un Crucificado) y exvotos. Las capillas del lado de la epístola se dedicaban (saliendo desde el crucero), la primera a San José, la segunda a San Juan de la Cruz, la tercera a San Roque y la última era de acceso al coro, aunque antes tuvo exvotos. Había rejas de hierro en todas las capillas.
La remozada fachada del Santuario
A finales de los años 50 del siglo XX, en 1959, comienza la reforma de la fachada del Santuario para dotarla del aspecto que presenta en la actualidad, dándose por concluidas estas obras, como figura en las inscripciones de la fachada, con la colocación de las efigies de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz «COLOCADAS LAS 2 IMÁGENES, ACABÓ LA RESTAUR. D LA FACHADA SIENDO ARZOB.D.JOSE G. GOLDARAZ D.V.GLEZ. RECTOR. 15-X-66» mientras la otra «ESTA HDAD DEDICA LA IMAGEN D SA. TERESA A LA A.D.LA PRENSA D VALLADOLID. 16-X-1966». Puede suponerse que esta reforma sea la que describe Vidal González, quien fuera Rector del Santuario en su obra sobre este templo: «Recientemente se ha llevado a cabo una amplia obra de restauración y mejora de la fachada, concebida y llevada a efecto por los arquitectos Sres. Ríos y Paredes, amantes de la Virgen del Carmen, mediante la cual se ha cubierto de piedra el primer cuerpo, se han subido en este material las pilastras angulares, se han labrado nuevos escudos de los Patronos Marqueses de Castellmoncayo, en sustitución de los antiguos muy deteriorados, se construye un cornisón en la parte superior y sobre él un ático con óculo, abierto en piedra, al igual que los dos de la parte baja del edificio, también ahora reconstruidos, y por último se ha efectuado apertura de tres ventanas simétricamente colocadas en la fachada en lugar del único ventanal antiguo». Esta descripción se corresponde con lo que actualmente se puede ver en la facha, a excepción que no menciona las torres.

1972: El retablo mayor definitivo

Avanzando un poco más, llegamos a 1972, año en que hay diversas obras como el arreglo de los accesos al Santuario y la colocación de un nuevo retablo mayor, procedente de Mayorga. De este retablo dice María Antonia Fernández del Hoyo: «Procede de una iglesia de Mayorga de Campos (Valladolid). Fechado en 1666, este año corresponderá al de su dorado, coincidiendo el diseño de su traza con el estilo del ensamblador riosecano Juan de Medina Argüelles, a quien también se atribuye otro similar conservado en la iglesia de El Salvador de Mayorga de Campos». Y, de nuevo, se vuelve a la obra del mencionado Rector del Santuario, por aquellos años de 1972 para que aporte más datos sobre el retablo, tales como que por aquellos días en los que él escribe su obra, se está terminando de asentar este retablo, y que dicho retablo, procedente de la Iglesia de Santa María de Mayorga de Campos, ha sido restaurado por el escultor-restaurador Francisco Santamaría Vaquero y su hija María del Carmen Santamaría Esteban. El retablo consta de predela o banco, cuerpo principal y ático o remate. En la predela se encuentra el Sagrario, presentando en la puerta una pintura de Jesús Resucitado, a los lados, la Visitación y Descanso en la Huida a Egipto.

La calle del centro del cuerpo principal alberga la imagen de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros, custodiada por dos pinturas, una de ellas con diversos episodios de la vida de San Norberto, Arzobispo de Magdeburgo (sorprendiendo al judío que pretendía llevarse un copón con sagradas formas o puede hacer referencia a que protege el Santísimo Sacramento frente a los ataques de la herejía de Tanchelino, en cualquier caso muestra su devoción al Santísimo Sacramento, defensor de la presencia real de Cristo en la Sagrada Hostia, luchando contra herejías y robos sacrílegos; en la parte superior del cuadro Cristo, la Virgen y –probablemente San Agustín le revelan la fundación de la orden de los Premostratenses, ya que la Virgen le enseña o entrega el hábito que vestirán en la Orden y San Agustín su Regla, por la que regirá), y, la otra pintura, una nueva representación de la Visitación de María a Santa Isabel. En el remate del retablo, una pintura de la Inmaculada Concepción, flanqueada por las esculturas de San Pedro Apóstol y San Lorenzo Mártir.

El Santuario en los años 80
Hay una nueva reordenación de las imágenes en 1980. En esta década y en las siguientes, cuando se publican distintos trabajos que tratan sobre este Santuario como el escrito por su Rector, el libro de Conventos Desaparecidos o el Catálogo Monumental, la distribución de las capillas es la siguiente: Altar mayor con la imagen de Nuestra Señora del Carmen. En el colateral del Evangelio la efigie de San Juan de la Cruz y, en el colateral de la Epístola, la imagen de Santa Teresa de Jesús. En el testero de la Epístola, Crucificado de Gregorio Fernández. La Capilla de San Joaquín y Nuestra Señora de la Mano presidida por la imagen de la Inmaculada. En el cuerpo de iglesia, lado del Evangelio (desde el crucero a la entrada) estaban dedicadas a Nuestra Señora de la Mano, la siguiente a San Antonio de Padua, la tercera a las Ánimas y la cuarta y última al Nazareno. Y, el lado de la Epístola (desde el crucero a la entrada): la primera a San José, la segunda capilla a Nuestra Señora de los Dolores, la tercera a San Roque y finalmente, al lado del cancel, una imagen de Nuestra Señora del Carmen apodada “La Pedigüeña”.
Por Real Decreto 3445/1983 de 23 de noviembre, se declara este Santuario como monumento histórico-artístico, de carácter nacional.
El Santuario en la actualidad
En la actualidad, cuando el devoto, visitante o turista accede a este Santuario se encuentra en el presbiterio la imagen titular del Santuario y de la Cofradía, Nuestra Señora del Carmen de Extramuros, de Gregorio Fernández, datada en el segundo cuarto del siglo XVII. La imagen recibe culto en el retablo procedente de Mayorga de Campos, instalado en 1972, del que ya se ha hecho mención. En el ámbito del presbiterio hay diversas vidrieras artísticas, en el frente y flanqueando el retablo, se encuentran las de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, en el muro del Evangelio, la aparición y entrega del escapulario a San Simón Stock y en el de la Epístola, en el lugar de paso a la sacristía, la Visión de la Nubecilla por el profeta Elías o revelación de la Virgen Inmaculada. En la embocadura del presbiterio, saliendo hacia el crucero, aparecen las imágenes de San Rafael y San Gabriel Arcángeles, adscritos Luis Salvador Carmona, realizados hacia 1740, y que originariamente estarían en la Capilla de San Joaquín y Nuestra Señora de la Mano.

Ya en el crucero, en el colateral del Evangelio se encuentra la imagen de San Juan de la Cruz, de seguidor de Gregorio Fernández y que podría datarse hacia 1675 con motivo de su beatificación. El retablo fue realizado por Juan de Meseras y, como se ha visto, en su origen contuvo el relieve del Bautismo de Cristo, la titularidad del Precursor aún se recuerda por medio de la pintura que aparece en el remate representando el Martirio de San Juan Bautista, de Jerónimo de Calabria.

En el otro brazo del crucero, en el colateral de la Epístola, retablo dedicado a Santa Teresa de Jesús (segundo decenio del siglo XVII); en el remate otra pintura de Jerónimo de Calabria representando la Imposición del manto a Santa Teresa. En el testero Crucificado de Gregorio Fernández (tercer decenio del siglo XVII).


Y frente al retablo de Santa Teresa, una interesante pintura que se inspira en el modelo de Gregorio Fernández para Nuestra Señora del Carmen, óleo pintado por el jesuita Jerónimo Benete.
En las pechinas de la cúpula encontramos pinturas representando a los Profetas Elías, Eliseo y a San Ángel de Sicilia (también llamado San Ángel de Jerusalén) y San Cirilo.

En el brazo Norte del crucero y a través de una reja se accede a la Capilla de San Joaquín y Nuestra Señora de la Mano, en la que la titularidad de San Joaquín se mantiene en los lienzos. El retablo está formado a partir del que fuera retablo mayor reemplazado en 1972. La hornacina principal está ocupada por la imagen de la Inmaculada Concepción, obra de Gregorio Fernández. Destaca el trabajo de las yeserías que se pone en relación con Matías Machuca. En esta capilla se encuentran los enterramientos de la Familia Alonso Pesquera.

Capillas del lado del Evangelio

San Antonio de Padua, Nuestra Señora de la Mano y San Pedro Regalado. La imagen de San Antonio de Padua sustituye a otra que desapareció en un incendio. Se encuentra en un retablo obra de Miguel de Irazusta, procedente de la capilla de San Joaquín, en este retablo le acompañan dos interesantes imágenes del Niño Jesús. La imagen de Nuestra Señora de la Mano, asignable a Luis Salvador Carmona (h. 1740), procede de la Capilla de su nombre, en el crucero. La escultura de San Pedro Regalado, datado en el primer tercio del siglo XVIII. En las hornacinas, los escudos de los Guerra, Bonilla, Soria y Morales.

Capilla Penitencial. Con confesionario, destaca una vidriera con la efigie de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros procedente de una de las ventanas del presbiterio, en la que aparece aún el Niño Jesús vestido con túnica.

Capilla de las Benditas Ánimas. con un relieve procedente de la iglesia de Nuestra Señora de la Esperanza, de Villaesper (Valladolid). Queda la duda si el escudo del Carmen se añadió al tiempo de su colocación en este Santuario. También hay una maqueta del Santuario.

Capilla de Cristo Crucificado. la última capilla de este lado está dedicada desde 2013 a Cristo Crucificado (mediados siglo XVII), la imagen se encuentra en un sencillo retablo de la misma centuria.

Capillas del lado de la Epístola
Capilla de San José. Imagen asignable a Luis Salvador Carmona (c. 1740), en retablo de Miguel de Irazusta. En su origen estaba en la Capilla de San Joaquín y Nuestra Señora de la Mano.

Capilla de Nuestra Señora de los Dolores. Dolorosa de Pedro de Sierra, siglo XVIII. El retablo se hizo a partir de fragmentos del antiguo retablo que actualmente está en la Capilla de San Joaquín.

Capilla de San Roque. Su atribución más reciente -formulada por Javier Baladrón Alonsolo relaciona con el escultor Antonio Gautúa, siglo XVIII.

Nuestra Señora del Carmen “La Pedigüeña”. Atribuida a Alonso de Rozas, del tercer cuarto del siglo XVII.

A los lados del cancel de entrada en el templo y en las pilastras toscanas de los frentes de los contrafuertes de la nave de la iglesia se pintaron los retratos de algunos frailes destacados en el convento, pinturas del siglo XVIII: Fr. Diego de Jesús el Primitivo (+1593). Fr. Nicolás de Jesús María Centurión (+1655). Fr. Juan de la Anunciación (+1701). Fr. Juan Tadeo de San Eliseo (+1633). Fr. Pedro de la Madre de Dios (+1644). Fr. Miguel de los Apóstoles (+1584). Fr. Antonio de la Madre de Dios (+1637). Fr. Juan del Espíritu Santo (+1649). Fr. Fernando de Santa María (+1631). Fr. José de San Francisco (+1635).