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Carmen de Extramuros

Cofradía de la Antigua Devoción de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros – Valladolid 1840

El Convento de Carmelitas Descalzos

Tras las primeras creaciones de conventos femeninos de carmelitas en Valladolid, tanto Santa Teresa como los Padres de la Orden vieron la necesidad de crear un convento masculino en la localidad, tal como atestiguan algunas cartas de la santa en el año de 1568. Tras las investigaciones pertinentes, se decidió la creación del convento, eligiendo para su ubicación el sitio de San Alejo, distanciado de la ciudad, donde existía una pequeña ermita, una de las muchas que rodeaban Valladolid, dedicada por esos años a la advocación de San Alejo, cuya festividad se celebraba el 17 de julio.

La construcción del Convento

El 4 de mayo de 1581 se tomó posesión de la ermita y de sus tierras, consignándose ya los primeros conventuales. Sin embargo, debido a las malas condiciones, los frailes se trasladarán a una zona cercana, donde, alrededor de enero de 1583, construirán las nuevas edificaciones para el convento. Las tierras fueron adquiridas, a bajo precio, a don Diego de Salcedo y doña María de Menchaca. Además de la iglesia (construida por entonces con materiales de las inmediaciones) y el convento, se contaba con una espaciosa y fértil huerta.

La construcción de la obra principal, la iglesia, se financió con la cesión de los solares para las capillas aledañas, adquiridas por importantes y potentadas familias de la ciudad, como son los ejemplos de las familias Río-Camporredondo o Salcedo-Menchaca. En 1602 se otorgó a doña Catalina del Río, viuda de don Juan de Camporredondo, la capilla de San Juan Bautista, en el lado del Evangelio. Su sucesor, don Antonio de Camporredondo (perteneciente al Consejo del Rey), reedificó la capilla en 1623, y en 1649 tomaba el patronato de la capilla mayor, dando un importante lustre artístico al edificio.

La iglesia se construirá con planta de cruz latina, en un estilo clásico. Su eje principal es de NE. a SO. La única alteración a esta planta se realizará en 1739, cuando se construya la capilla de San Joaquín y Nuestra Señora de la Mano. Este dato es importante, ya que es una de las últimas noticias que se poseen acerca del convento, que pronto entrará en un franco declive.

El Convento y Valladolid

El monasterio, a pesar de no tener una gran importancia como centro irradiador de la fe carmelita, sí la tendrá para la ciudad, al aglutinar a las familias más destacadas de la ciudad. Nombres ilustres son don Ignacio Pimentel, conde de Luna, o don Pedro de Zamora, presidente de la Real Chancillería de Valladolid. Un hecho notable acaecido a lo largo de la historia del convento fue la celebración, en 1587, del IV Capítulo Provincial de la Orden Carmelita.

Es interesante anotar, por último, dentro de esta primera etapa, cómo se produce una rápida sustitución de la advocación principal del convento, pasando de la de Nuestra Señora del Consuelo a la de Nuestra Señora del Carmen.

El fin del convento

No poseemos más referencias del convento en los siglos XVII y XVIII hasta que se tiene la primera noticia de la construcción del cementerio municipal, acontecimiento que tendrá una importante conexión con el antiguo convento.

El Cementerio del Carmen

Con la intención de eliminar la costumbre de sepultar a los muertos en las iglesias del interior de las ciudades, desde el reinado de Carlos III se empezaron a crear cementerios fuera de las urbes como medida sanitaria.

El Ayuntamiento de Valladolid destinó en el año de 1833, como tierras para el cementerio, la huerta y tierras del Convento de Carmelitas Descalzos, que habían sufrido los efectos de las desamortizaciones eclesiásticas de principios de siglo, con el consiguiente enclaustramiento y abandono de los Carmelitas del convento. Únicamente quedaría la iglesia como capilla.

Se derribó el convento, sirviendo sus propias tapias para delimitar el nuevo recinto funerario. El primer enterramiento se realizará el 28 de julio de 1833. Este primer recinto se irá ampliando con el transcurso de los años, hasta constituir el actual Cementerio Municipal vallisoletano.

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